jueves, 14 de mayo de 2015

PRIMERAS LECCIONES


Con esas primorosas mimbres se forjó mi niñez, y acaso la tuya. Uno de los juegos preferidos en donde había que saber ganar y saber perder, sufrir y disfrutar, saltar y resistir, encadenarse al amigo de adelante y dejarse agarrar por el de atrás. Juegos de grupo paralelos a las lecciones primeras en círculo frente al maestro que nos enseñaba a rellenar las múltiples lagunas de nuestra ignorancia y a extraer lo mejor del manantial de cada cual.
El recreo significaba y constituiría la segunda escuela, el aprendizaje al aire libre y a cielo despejado.
Desde lejos me llegan los recuerdos y brota una sonrisa muy niña y muy fresca, mientras anida una infinita ternura en los adentros con olor a paraíso.

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