1ª versión.- La noche había sido muy larga y no se me ocurrió cosa mejor que irme a dormir a la playa.
Cuando pasó mi padre con la barca, para ir a pescar, y me vio de esa manera, cerró los ojos con todas sus fuerzas y pidió al mar que tapara mi desnudez con las olas. Cuando los abrió y vio que se habían cumplido sus deseos se alejó feliz cantando su habanera preferida.
Al despertarme no sabía si seguía soñando o si era verdad lo que estaba viendo, porque en el sueño mi padre me tapaba con la manta para que no tuviera frío.
2ª versión.- Soñaba que estaba en la playa totalmente desnuda y veía
cómo iban pasando todos los hombres de la ciudad con miradas lascivas.
Se acordó de su madre y le rogó que hiciera todo lo que pudiera porque
le daba una vergüenza de muerte y no se podía mover. La madre, que tenía
fama de bruja y curandera, agarró con fuerza las olas y la cubrió como
si de una colcha tupida con bordados de nata se tratara, a la vista de
lo cual todos huyeron despavoridos porque no se explicaban aquello y
temían que el mar se los llevase.
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