sábado, 8 de noviembre de 2014

¡CÓMO ERAN AQUELLAS MUJERES!




En su día escribí sobre las 16, o más, funciones que tenía el mandil de las abuelas, pero se me olvidó apuntar el origen y la causa de ello y es esta fotografía la que viene a darnos la respuesta: en las manos y pies o si subimos un poco más arriba en el cerebro pasando por el corazón.
Porque estaban en todo: acunando al nieto mientras la hija se iba de fiesta, poniendo orden en la casa cuando ardía por dentro y por fuera y el desorden era el abc de cada día, llevando la economía cuando no había un duro y había que hacer de tripas corazón sacando de la nada las mejores patatas viudas que nunca después hayamos probado con mejor sabor, haciendo calceta todas las tardes de todos los meses del año y componiendo ovillos cuando les servían nuestros brazos o como cuando en nuestra ausencia no le hacía falta nadie porque sus pies -solo a ellas se les podía haber ocurrido- eran perfectos amuletos para ese tejemaneje.
En la preciosa novela de Luis Landero, El balcón en invierno, leemos: “Todos sabían contar muy bien, porque todos contaban en el molde en que a ellos le contaron, pero la mejor narradora, y la que más cosas sabía, que parecía un pozo sin fondo, era mi abuela Frasca..., dominaba como nadie el arte de contar, y eso se notaba en seguida en el tono, en la línea melódica de la voz, en las pausas, en el movimiento acompasado de las manos, en cómo unía entre sí las frases...”
Y ahí la tenemos captada por la cámara en concentrada labor, lástima que el fotógrafo nos haya robado el rostro que, a todas luces, sería la mar de expresivo, aunque quizá nos hizo un favor, porque así puede cada cual colocar ahí mismo el rostro entrañable de su abuela.
Sí, esta fotografía, estaba pidiendo, al menos, unas palabras, una historia, un reconocimiento. Gracias, abuelas del mundo, mujeres inolvidables.

3 comentarios:

GUADALUPE OLALDE dijo...

Las abuelas en todas las culturas son las guardianas de nuestras remotas memorias. Hoy que soy abuela quiero de verdad ser para mis nietos lo que mis abuelas fueron para mí, mujeres tan entrañables y sabias que me siguen acompañando.
Te felicito mucho y te invito a mi blog www.guadalupeolalde.blogspot.mx

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Muchas gracias, Guadalupe. Veré tu blog con mucho gusto. Saludos cordiales

Anónimo dijo...

A través de Hemeroflexia he llegado hasta su blog.Muchas gracias por compartir y hacernos partícipes de sus reflexiones, lecturas y andanzas.Victoria.